Magister Dixit

Suena el mallete, putazo seco, muy al estilo de Thor como lo relata la mitología escandinava, sólo que en este caso, nuestro héroe dista mucho de ser un dios rubio, de larga cabellera y gran musculatura (a la par de sabiduría) ya que nos encontramos frente a un pelmazo con gran parecido a Cepillin (o como jodidos se escriba), quien languidece al dictar la vinculación a proceso. Parece sentir cierto remordimiento al ver acreditada la probable participación del malandrín de segunda con facha de tercera, como si fuera culpa suya que el malandro en cita fuere delincuente y no de su chingada madre (voraz defensora del oficio mas antiguo del mundo) quien así como lo parió lo mandó a la madre en el instante mismo en que interfirió con su decimocuarto cliente del día (ya que era diurna la muy puta). Mostraba el juez mas pinta de palurdo pueblerino que de jurisconsulto (y lo sigue mostrando), lo cual corroboraba con sus haigas y su fraicion sesta, así como su anticosmopolita visión de la vida y la conducta antisocial del imputado, quien por muy mezquino que fuera no merece el apelativo de “cabrón” (por lo menos no en una audiencia publica, con un carajo). En fin, cuando se resuelva la apelación y le den para atrás al muy pendejo, se dará cuenta de que resolver en audiencia no es como contar marranos, aunque en efecto, es lo que yo hago en las mismas.